Cuando tu hijo tenga unos dos años, empezará a querer moverse libremente. También será el momento de que tenga su propia cama grande.
El niño querrá salir de la cama y trepar por los barrotes para vivir su propia vida. La altura de la cama puede convertirse rápidamente en un peligro: el cambio a una cama normal es, pues, necesario para su comodidad y seguridad. Sigue estas instrucciones de Bebés Victoria:
Elegir una cuna
Pero cuando llega el momento de cambiar la cama de tu hijo, tienes que elegir bien: algo inadecuado puede ser peligroso o provocar que el niño se asuste un poco.
Si el niño tiene su propia habitación, este paso no será el mismo que para un niño que la comparte con una hermana o un hermano.
El tamaño de la cama puede resultar rápidamente abrumador para el niño, por lo que es importante elegir una cama adecuada a su edad. Del mismo modo que una cama demasiado grande sería inadecuada para un niño menor de 5 años, también debes procurar ofrecer a tu hijo una ropa de cama adaptada a su edad para que sus noches sean tranquilas.
Consejos para elegir una cama infantil
Para elegir la mejor cama para tu hijo, primero debes preguntarte qué necesita realmente.
Dependiendo de la edad de tu hijo, puedes elegir una cama pequeña con poca altura, o algo más alta.
Si tu hijo vive con un hermano y la habitación es pequeña, puede ser buena idea elegir una litera: así el mayor dormirá encima.
Para los niños mayores que empiezan el colegio, una cama combinada con la cama encima y un escritorio debajo ahorra espacio. En todos los casos, hay que tener en cuenta la edad del niño a la hora de elegir el tipo de cama.
Cuanto más pequeño sea el niño, más cerca del suelo debe estar la cama para que pueda moverse sin dificultad y sin lesionarse. Además, así aprenderá a ser independiente.
Para un niño mayor, puedes optar por una cama alta, que ahorra espacio en el dormitorio.
La altura es importante, pero no sólo eso: ¡la longitud de la cama también lo es!
Existen diferentes tamaños de camas y colchones para adaptar la cama al niño. Cuando el niño es más pequeño, se elegirá una cama de 140 cm de largo, luego de 160 cm y finalmente de 180 cm o 200 cm. Con una cama adaptada a su tamaño, no se sentirá perdido cuando deje su cuna por una cama más grande.
Para una buena adaptación, es necesario ir paso a paso.
Para elegir la cama adecuada, debes tener en cuenta los siguientes criterios
- La edad de tu hijo
- El tamaño de tu hijo
- El espacio de la habitación
- Si la habitación es compartida o no
- Su presupuesto